Maite R. Ochotorena

17 de nov de 20192 min.

Artículo: «Cuando el escritor tiene que saber idiomas»

¿Sabías que para escribir «El Secreto de la Belle Nuit», «La Sombra de Fourneau» y «Victory, en algún lugar desconocido», compré dos libros escritos en francés? No es la primera vez que me toca documentarme en otros idiomas, he leído en francés e inglés mucha documentación que no he encontrado en español. Y no es que domine estos idiomas al 100%

La primera vez que tuve que hacerlo fue cuando trabajaba haciendo videojuegos y empezamos con el 3D. El manual del programa que utilizábamos para modelar los personajes era el 3D Studio, y no había manual en castellano, así que diccionario en mano.

Para la bilogía de La Belle Nuit encontré un fabuloso libro biográfico de Fouché, personaje de la época misterioso y muy muy interesante, y que reflejaba muy bien el complejo momento que atravesó Francia durante su revolución. Y sí, estaba en francés. Lo devoré, y extraje mucha información maravillosa que me ayudó a plasmar ese ambiente revolucionario de conspiraciones e intrigas, sobre todo en «La Sombra de Fourneau», en la que además Fouché aparece brevemente.

Para «Victory, en algún lugar desconocido», encontré una edición del diario de a bordo del almirante Jean-François de La Pérouse, cuya expedición perdida inspiró mi novela. Apasionante, no tengo palabras. Gracias a ese diario aprendí muchísimo sobre la vida en los grandes barcos que pasaban meses recorriendo océanos desconocidos y enfrentándose al peligro de las enfermedades, el hambre, y encuentros con indígenas y culturas desconocidas. Sí, estaba en francés. Diccionario en mano, mereció la pena.

Ya ves cómo el trabajo de un escritor va mucho más allá de sentarse frente a un teclado y dejar volar la imaginación. A veces requiere un esfuerzo extra para alcanzar aquello que necesitas, el punto perfecto que hace que tu trabajo cobre una dimensión más auténtica.

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