Relato: «Ayúdame, Mel»
—Cuéntame. —No, si no hay nada que contar. —¿Ah, no? —No sé qué quieres que te diga... —Pues... ¿por qué tienes un cadáver en tu cocina? ¿Por ejemplo? Silencio. —¿Dot? —Joder, ¿qué más da? —Mujer, me daría igual si fuera el cadáver de una rata, una cucaracha, una araña, algo que has matado con el pie... Pero ése de ahí es una persona. ¿Quién es? —Un tío cualquiera. —Ya, ¿has sido tú? Dot asiente despacio. —¿Y? —Oye, no quiero hablar de eso... ¿vas a ayudarme, sí o no? —Para e