Hace mucho tiempo ya... Empiezo a perder ese horizonte en que empecé a escribir, con once años, mis primeras historias. Al principio eran las aventuras de un perrito, llené un cuaderno entero, de esos gruesos; me enamoré de las sensaciones que me provocaba imaginar su vida, recrear los personajes, vivir a su lado cada episodio... Y es que mi imaginación se desbordaba, necesitaba darle salida, y un folio en blanco incluso se me quedaba corto...
Hace mucho tiempo ya, y recuerdo que escribí mi primera novela con dieciséis. Era una obra de fantasía, y se titulaba «Wandekoran». Seguramente si cayese en mis manos ahora, me avergonzaría... Pero estoy convencida de que ya en aquellas páginas destilaba pasión, fuerza, y mucha, mucha imaginación...
Hace mucho tiempo ya, tanto que se me pierde en el horizonte de mis sueños... que supe que yo era escritora, novelista, cuentacuentos... Amo esta profesión, y la llevaré conmigo hasta que me muera, y la llevaré tan lejos como me sea posible (tal vez pase a la historia ignorada, tal vez tenga un final dramático, como tantos escritores, siempre nos acompaña el drama y es parte del romanticismo de esta profesión...). Y hoy ya son cinco las novelas que he escrito (si no cuento mis inicios...).
Me parece increíble estar a este lado de la línea, y no al otro... soñando con llegar hasta aquí.
Siempre digo que todo lo que he hecho en esta vida (ya tengo cuarenta y ocho...), me ha servido para lograrlo, por muchos tumbos que haya dado, pero en el fondo sé que le he estado dando la espalda a lo que soy demasiado tiempo. He sido grafista haciendo juegos, he llevado una tienda de venta de películas online, he hecho paquetes, he atendido a los clientes, he tratado con las distribuidoras, he hecho de repartidora, he sido comercial... Todo mentiras, mentiras que iban consumiendo mi alma poco a poco.
Hoy al fin soy yo misma, más yo que nunca, más feliz que nunca, aunque me cueste un triunfo, aunque a veces no me llegue para pagar las facturas, aunque tenga que salir cada día a darme a conocer.
Ya no más darle la espalda a los sueños. Mi honestidad es la llave de mi libertad, y mi libertad está en mi alma. Preservarla es lo más generoso que haré por mí, brindo por eso.
Que no os roben vuestros sueños, si tenéis la llave de vuestra celda, arrojadla lejos.
Autora de:
La biología «El Secreto de la Belle Nuit» y «La Sombra de Fourneau»,
Y en julio del 2018... «La Mensajera del Bosque»
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¿Te atreves?